Gestión de Recursos Humanos

Presentación del libro Gestión de Recursos Humanos por el Dr. Pedro Espino Vargas y el Mg. Jontxu Pardo Rodrigues-Gachs para la Universidad Cesar Vallejo.






El FC Barcelona y la responsabilidad social


Las metáforas son un buen recurso para explicar conceptos complejos. Y me temo que la RSC es uno de ellos. ¿Por qué? Porque, a fuerza de llenarla de contenidos (ética, diversidad, conciliación familiar, gestión ambiental, cambio climático, voluntariado, integración de las personas en riesgo de exclusión, patrocinios sociales, emprendimiento social, diálogo multistakeholder, transparencia, ISR, reputación corporativa, derechos humanos…), el resultado no ha sido el esperado: o no se entiende, o se ha entendido mal, asimilándola a la acción social o la filantropía.
Por eso, hace tiempo me pareció útil recurrir al fútbol como metáfora para explicar de forma simple la RSC (el fútbol une siempre mucho). El punto de partida era sencillo: “La clave del futbol es asegurar un buen equilibro entre la defensa y el ataque. De nada vale meter goles si al final el rival te mete más”.
¿Cómo aplica esta metáfora en la RSC? Pues igual de fácil: “La clave de la RSC está en mantener un equilibrio adecuado entre la gestión de riesgos (eso que se ha llamado “tener la casa en orden”) con la explotación de programas sociales”. De nada vale, por ejemplo, desarrollar programas de apoyo a la infancia si no eres capaz de gestionar la inexistencia de mano de obra en su cadena de suministros.



Y con esa idea en la cabeza, comencé a utilizar el fútbol como metáfora para explicar la RSC. Y salieron varias ideas:

1.    El portero de todo programa de RSC es el código ético y el modelo de reporte. Ambos aseguran la integridad y la medición.
2.    La defensa. Los centrales suelen ser los “jefes de la defensa”; por eso, en esta metáfora del fútbol, los Derechos Humanos y Cadena de Suministro aparecen en el centro de la defensa. En los laterales (y los buenos equipos suelen tener laterales que suben al ataque) figuran proyectos como la Salud y Seguridad Laboral y el Sistema de Gestión Ambiental.
3.    Los delanteros de un programa de RSC suelen ser los programas sociales y los productos y servicios con impacto positivo en la sociedad. Una mezcla de acción social y de negocio. Esta línea es la que hace los goles, la que tiene llenar portadas en los periódicos y, normalmente, en la que más dinero se invierte
4.    La línea del medio campo. He dejado esta línea para el final porque, en mi opinión, es la más importante del futbol porque garantiza, a la vez, la construcción del juego propio con la destrucción del juego ajeno.

En mi sistema de juego, he optado por un esquema de “rombo”, con un enganche ofensivo que suministra balones a los delanteros (la innovación social); y un par de interiores que atacan por las bandas (la estrategia de cambio climático y la gestión del talento y diversidad) que conectan la defensa y el ataque. Pero merece especial mención  el medio centro defensivo, el papel reservado para el Chieff Sustainability Officer, (CSO), cuya responsabilidad es doble: jugar un poco por delante de la defensa para apoyarla (ayudar a impulsar proyectos vinculados a la gestión de riesgos) y conectarla con el ataque (especialmente con las unidades de negocio cuyos productos y servicios tienen un alto impacto social y que pudieran agruparse bajo la idea de innovación social). Si pudiera poner un ejemplo, en esta metáfora estaríamos hablando de jugadores como Busquets (F.C. Barcelona), o Xabi Alonso (Real Madrid); o futbolistas históricos ya como Fernando Redondo (Real Madrid y Milán); o el enorme Frantz Beckembauer (Bayer Munich).

En torno a este esquema de juego se desarrolla todo el potencial de la RSC y la Sostenibilidad. Veamos algunas pistas:
1.    Favorece el equilibrio entre la gestión de riesgos (evitar que nos metan goles) y la gestión de oportunidades en los ámbitos social, económico y ambiental (intentar meter goles).
2.    Se crean “pasillos” concretos de gestión. En este esquema de juego se conectan dos pasillos. Por un lado, el pasillo verde, que une los sistemas de gestión ambiental (pura defensa) con el desarrollo de una estrategia de cambio climático (balance) y con la puesta en el mercado de productos sostenibles (ataque). Por otro, el pasillo de la gente que vincula los temas de seguridad y salud (defensa) con la gestión de la diversidad (balance) y con la identificación de proyectos sociales que permitan incluir a colectivos en riesgo de exclusión (ataque).
3.    Aparece la figura del CSO, una especie de medio defensivo o libero (la posición que inventara el gran  Frantz Beckembauer) en cuanto que unidad trasversal capaz de acelerar recursos y presupuestos de otras unidades en beneficio de un objetivo global vinculado a la sostenibilidad.
4.    Fuera del terreno de juego el entrenador es el CEO, él tiene que mover todas las piezas. Los seguidores son tus stakeholders, especialmente tus clientes. Y los títulos a los que optas cada temporada son los siguientes: DJSI World Leaders Index; Corporate Knights 100 Most Sustainable Corporations; Newsweek Green Ranking Global 100;  CRO Best Corporate Citizens; Ethisphere Most Ethical Companies; FTSE4Goods; Interbrand Best Global Brands.



Definitivamente funciona: El futbol es una metáfora perfecta para explicar qué es la Responsabilidad Corporativa y la Sostenibilidad. He tenido la ocasión de utilizar esta metáfora con Ingleses, Irlandeses, Alemanes, Checos, Argentinos, Peruanos, Brasileros, Colombianos, Mexicanos… y hasta norteamericanos (un país donde el futbol es rugby y el soccer es futbol). Y en todos ellos se ha entendido que una política de sostenibilidad tiene que ser capaz de garantizar una buena gestión de riesgos (defensa), un buen aprovechamiento de las oportunidades que representan los programas sociales y modelos de negocio con impacto social (ataque) y un buen equilibrio entre ambas.
Fc Barcelona RSC

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También durante estas semanas, muchos amigos, en Twitter y en reuniones presenciales, me han ayudado a completar la metáfora introduciendo nuevos actores. Ahí van algunas aportaciones para enriquecer la metáfora:
¿Quién es el rival? (cuestión introducida por Joaquín Garralda tras un seminario con ejecutivos argentinos). En mi opinión, el rival es la competencia en sentido amplio. Toda compañía compite en un mismo mercado por los mismos clientes y con una oferta de productos lo más diferenciada posible. Una política de sostenibilidad representa una gran oportunidad de diferenciación y de fidelización de los clientes.
¿Quién es el entrenador? Definitivamente el CEO, en la medida en que es a él a quien le corresponde una mirada horizontal e integrada del juego del equipo. A él le corresponde definir la estrategia (jugar más a la defensa o al ataque), decidir la alineación, etc.

¿Quién es el Club? El Club es la empresa y su cabeza visible es el Presidente del Consejo de Administración, en tanto que propietario del equipo o como cabeza visible del Consejo de Administración.

¿Qué rol juegan los empleados? (comentario de Frederic Page). Toda empresa, como todo club, se basa en el compromiso, el talento y el trabajo de sus empleados. En un club de futbol los empleados más visibles son los futbolistas. Pero detrás de ellos hay toda una estructura que hace que equipo pueda funcionar: los financieros, los de marketing, los de comunicación, los de los recursos, los médicos, los jardineros, los cocineros, los de seguridad… Cuando la estructura del Club está engrasada y con un mismo objetivo, los resultados salen. Cuando hay varias corrientes, todo se complica.

¿Quién es el árbitro? (pregunta de Tom Smith) El árbitro es el legislador o el regulador, es decir, las autoridades que ponen las reglas en materia de competencia, consumo, medioambiente etc. Habrá reguladores nacionales (los campeonatos de liga de cada país); supranacionales, como la Unión Europea (la Champions o la Copa Libertadores); o multilaterales como las Naciones Unidas (algo así como el COI, porque nunca se sabe qué hace la FIFA)
¿Y los periodistas? (Comentario de Pablo Vazquez). Sin prensa, no hay futbol. Y sin crítica, sin polémica, sin comentar los errores del árbitro, tampoco hay futbol. Ese es el rol de la prensa: comentar, crear opinión, criticar unas decisiones del árbitro, del entrenador, de los futbolistas… Aplaudir los goles y las paradas… En definitiva, crear afición.